Cuando todo era inocencia y Monterrey se conocía por sus grandes empresas como Fundidora, Vitro, Cervecería y otras más, las navidades adquirían un color muy especial para los niños de los 70s.
Cada año y por muchos años los días 25 de diciembre nos despertábamos con varias sorpresas empezando por los juguetes bajo el pino de navidad, una onda muy Tex-Mex que nos evitaba esperar a los Reyes Magos como en el sur del país. En Monterrey llegaba Santa Claus.
El recalentado de tamales y la algarabía de los pequeños jugando en calles de poca circulación con los montables nuevos y los papás desvelados de la cena de Nochebuena.
Pero había más.
El entonces canal 3, hoy Televisa Monterrey, nos agasajaba con la repetición de la barra de programas que había transmitido la noche anterior y volvíamos a disfrutar de la Aventurita de Pipo que había estrenado un día anterior y una película que muchos vimos en Blanco y Negro y se llamaba en español "Juanito y el Frijolito Mágico".
¿Cómo olvidar las aventuras de Juanito, la princesa en el arpa y la gansa de los huevos de oro?
Durante años busqué esa película y descubrí hace poco la versión en inglés de la que dejo el clip de la canción de la esperanza que en español decía: Un poquitín de fe y esperar la realidad o viceversa.
Ojalá volvieran a filmar esa película y nuestros hijos la disfrutaran como nosotros en un ambiente tranquilo, seguro y en un Monterrey que fuera recordado nuevamente por su empuje industrial.
Juán